ARIDAO 1999-2009
A.Rodríguez Ridao nace en Barcelona. Años después se traslada a Sevilla, donde cursa sus estudios de arquitectura superior en la Escuela Técnica Superior de Sevilla. Posteriormente se traslada a Madrid donde recibe la licenciatura, realiza sus estudios de diseño y arte.
Actualmente se encuentra realizando la tésis doctoral en esa misma ciudad.
A lo largo de mi trayectoria cada uno de mis proyectos invitan al espectador a un trayecto apasionante que lo han de situar en el desconyuntado corazón de la “quizas” mal llamada post-modernidad,siempre partiendo de unas bases profundamente cubistas,
que sin duda alguna invitan a realizar una reflexión profunda al espectador sobre la naturaleza del objeto observado y su relación con el entorno inmediato y nos a de permitir atisbar desde allí mismo sus límites impensados.
Arquitectura sí, y también algo más allá y más acá.
Reflexión figurativa, y también reflexión sobre la figuración; concepto hecho imagen;
imagen en modo arquitectónico para una exploración que incide en los ambiguos dominios de las formas de presencia visual mediante las que un universo imaginario se
configura a sí mismo.
Una modalidad de escritura compleja, escritura con la arquitectura; escritura que es cerco y transcripción de una figura poética que se sitúa más allá de todas metáforas. Veremos en qué forma este proyecto-escritura se escribe como una sucesión de metonimias que conducen hacia una linea de fuga: el horizonte conceptual de una
Estética contemporánea, de una Estética del límite.
Agotado ya el debate estéril sobre la imposible superación de lo moderno, queda por hacer el diagnóstico de su realidad de su realidad intima y propia. Deslinde, que no ruptura en sentido propio y absoluto.
Efectivamente, la Modernidad ha hecho una tradición de la ruptura, y su historia es la de la ruptura como tradición.
Tradición y ruptura se responden en la forma de una sucesiva ampliación de posibilidades y recursos que están ya en el gérmen en los materiales de la tradición. La Post-modernidad es la tradición del cambio, por consiguiente también la tradición de la negación de la Modernidad.
Lo verdaderamente propio de ella es una forma nueva de instalación en el tiempo, que emplaza o difiere a un futuro inaccesible la plena realización de las cosas.