Magdalena es una artista audaz que sorprende por la profundidad ambiental de sus composiciones. Su obra pictórica y gráfica, a la vez concreta y abstracta, realista y simbólica, despliega un gran arsenal técnico-estilístico (dibujo, fotografía, escritura, manchas, destellos, interferencias…) a la altura del significado existencial encriptado en su obra.

Como pudimos comprobar en su anterior exposición, “La luz de las hormigas”, o en “Apuntes del subsuelo”, con las cucarachas, una de las señas de identidad de Magdalena es la utilización de los insectos, esos seres tan poco valorados por nuestra sociedad, como protagonistas de sus hermosas paradojas espaciotemporales. El astronauta, oficio vanguardista del hombre y de la ciencia, encarnación más elevada de nuestra civilizacion, se topa, en esta muestra, con las irracionales y vulgares moscas -las amigas de Magda; sus emisarios metafóricos…-, en escenarios inusuales, grandiosos, cargados de significado trascendente…